La etapa napoleónica inició un despertar de los sentimientos nacionalistas. El Congreso de Viena reordenó las fronteras sin tener en cuenta los intereses nacionales de pueblos como el griego, el belga, el italiano, el alemán, el polaco...
Por eso en estos territorios las revoluciones liberales fueron acompañadas de reivindicaciones nacionalistas.
El ejemplo más interesante de nacionalismo unificador lo tenemos en Italia y Alemania. Aquí teneis un esquema que nos sintetiza ambas unificaciones.